viernes, 29 de junio de 2007

Romance chino II

Después de tantos años sin su amada, pensó que quizás debería cambiar de aires. Conocer gente nueva, salir al cine, de copas. Un buen día, el joven japonés decidió ponerse en marcha con su propósito. Fue al parque y se sentó en un banco a la espera de una muchacha. Pero como salía tan tarde de su trabajo, en el parque sólo encontró mozos dispuestos al intercambio de chocolate.
Después de pasar toda la noche en aquel solitario banco regresó a su casa desmotivado. La primera toma de contacto con las chicas de Madrid no empezó bien. En realidad, ni siquiera empezó.

Continuará...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tiene nombre??

Anónimo dijo...

el japonés digo

galerna dijo...

si, pero tu no lo sabes, porque tiene un nombre muy raro y le da verguenza decirlo.