jueves, 28 de junio de 2007

Romance chino

Había una vez un japonés que trabajaba de lunes a domingo en un hermoso restaurante chino con olor a aceite de soja requemado.
Las semanas se le pasaban rápido mientras trabajaba apenas 14 horas al día.
A pesar de ser una persona de carácter alegre, llevaba una temporada algo tristón, ya que su novia lo había dejado plantado por un danés de ojos verde esmeralda.
Su vida se resumía en rollitos de primavera y lagartos alcoholizados.
Ya habían pasado más de 10 años desde que le dejó la parienta pero seguía el muchacho algo deprimido y no podía encontrar el amor de su vida.

Continuará...

1 comentario:

galerna dijo...

ojos sin h... ya lo sabía...
nadie es perfecto. tiquismiquis!!!