jueves, 12 de julio de 2007

Romance chinoXI

Un olor a hierba recién cortada entró por su nariz para quedarse. Diminutas partículas de aire se entretenían con los pelos de su nariz, con ninguna gana de marcharse. El joven japonés estaba ensimismado con aquel aroma. Lo retuvo tan tiempo como pudo y volvió a inspirar otra bocanada. Estaba en Cantabria.

Continuará...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lo pases bonito chinito