miércoles, 11 de julio de 2007

Romance chino X

Continuaban las corridas en Pamplona. El joven japonés no corría, ni hacia un lado, ni hacia otro, ni fuera, ni dentro. Tras varios intentos con las mozas del lugar sin ningún éxito, pensó que ya era hora de cambiar de clima. ¿Volver a Madrid? aún no. ¿Quizás Ibiza? No, se acababa de hundir un barco con más de 150 toneladas muy cerca de la isla. Ir a limpiar las playas no era su ideal para encontrar pareja. Así que el joven japonés marchó a Cantabria, en las tierras del norte. Una opción perfecta para gastar los últimos euros que le quedaban.

Continuará...

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